PROTEGIDOS Y GUARDADOS

El cuarto del al lado
Gustavo Martín Garzo
Lumen, 2007
260 p.|18 €|ISBN:9788426415974

Me gusta indagar y curiosear en los cuadernos de los escritores. Esas hojas en las que avanzan sus palabras sin plantearse la coherencia de una obra perfecta, de un tono mayor o definitivo. Esos folios en las que el escritor habla en susurros, ensayando voces, intuiciones varias, perplejidades, breves hallazgos o extravíos.
Ese tipo de libros me dan una impresión de intimidad compartida, de amable invitación a mirar en los desvanes de una escritura que al desembocar en novelas o cuentos sólo nos muestra su lado más virtuoso y elaborado.

Pero en ocasiones, esos libros son en sí mismos una pequeña joya oculta y atisbada entre penumbras. Fogonazos cargados de lucidez, de verdadero lirismo y agudeza, instantes en los que nos aproximamos a ese temblor magnífico que es una escritura que nos insinúa el vigor de sus secretos. Tal es el caso de El cuarto de al lado, el más reciente título de Gustavo Martín Garzo, uno de los títulos más hondos que he leído en los últimos años.

La voz de estos pequeños fragmentos va enumerando instantes de la hermosura y el dolor, los va preservando en una prosa impecable, susurrante, para que sobrevivan al escarnio del tiempo, de la desmemoria. La impresión que nos asalta al leer estas páginas es la de compartir con el escritor la inútil pero preciosa tarea de detener, congelar, revivir, esos chispazos sentimentales, reflexivos, que viajan ocultos en la opacidad de los días.

El propio Martín Garzo nos explica que estos fragmentos recogidos en cuadernos escolares, recuperan anotaciones que abarcan desde 1988 hasta 1991; “momentos en que apareció algo que me hubiera gustado proteger y guardar”. Porque ese es el sentido general de estos fragmentos: palabras que envuelven, que nombran pero que a un mismo tiempo cubren e iluminan lo nombrado.

Ese es uno de mis mayores descubrimientos con este título: la posibilidad de que a veces, con la frase justa, con la mirada precisa, aquello que nos hace felices también puede ser motivo de una palabra. jcmg.