Juan Carlos Méndez Guédez
Isaac cumplió su deseo. «Sólo quiero vivir mientras escriba», afirmó siempre.
Los últimos veinte y tres años se dedicó a escribir con sus propias heces en las paredes: palabras sin sentido, letras sueltas que su esposa y sus hijos limpiaban con una esponja.
Isaac cumplió su deseo. «Sólo quiero vivir mientras escriba», afirmó siempre.
Los últimos veinte y tres años se dedicó a escribir con sus propias heces en las paredes: palabras sin sentido, letras sueltas que su esposa y sus hijos limpiaban con una esponja.
1 comentario:
Carajo tío. Así estamos.
Una imagen poderosa de lo que es escribir, por eso hace sufrir tanto...
Un beso de Blanca
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