HISTORIA DE FANTASMAS

Ernesto Pérez Zúñiga


Desde el puente, aquel que fue Rembrandt mira la dura piedra y la dura distancia pero no comprende. Su cara y su cuerpo son sus ojos atónitos. No está triste. Sí duda. Sí o no son reales la montaña, el puente y el pueblo. Entonces comienza a llevarlos con el pincel al lienzo, acosado por la impresión de un recuerdo ya perdido, como él mismo, en el tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vermellón, azulejos, trangresión de la palpable, lo calcáreo, estaño y zumo, pendientes de rubí que se derriten, fantasmidad de lo otro, lo otro en su detalle, en su capital sin palabras, en su profundidad penumbrosa, observación aguda, lucidez, fruta de las tardes, or, oro, oro¡¡¡

Marbella