TEXTOS BREVES

Ezequiel Pérez Plasencia



Profilaxis
Incansable en nadar contracorriente, una y otra vez se esforzaba en recuperar el sentido y significado primigenio de viejas palabras que habían sido prostituidas: libertad, justicia, amor, dignidad, arte, placer. Ya se sabe que la estirpe de los gladiadores no se ha extinguido. Hizo correr varios rumores: que había renunciado a escribir, a la vida sexual, a nuevas amistades, que su soledad era inexpugnable. Pasados algunos meses, tuvo varias ofertas para publicar cualquier cosa, las mujeres volvieron a tocar en la puerta de su casa, desconocidos le saludaban, pero él siguió nadando contracorriente, saliendo de su apartamento para lo imprescindible, un lugar que se convirtió en esplendoroso y al cabo solidario, repleto de libros, música y cuadros. Experto en todas las derrotas, ahora sólo lo cansaba el envejecer.

Tiempo de más
Algunos sostenían que su mudez creativa se debía a impotencia y escasez de inventiva, otros afirmaban que ya había ofrecido cuanto en verdad podía, los más afirmaban que era un artista fracasado, y no escaseaban quienes sostenían la creencia según la cual lo suyo sólo conformaban apuntes de rencoroso con mínimos momentos de felicidad. Él escuchaba, leía, observaba y callaba, respetabaopiniones y versiones al respecto, a veces sonreía en público ante tales afirmaciones, rotundas en ocasiones y tímidas e insinuantes en otras. Transcurrido un tiempo considerable dio a la luz una obra considerada fallida por él mismo, pero se decidió a hacerla pública por mera tozudez. Así fue que algunos, los más y otros tuvieron de qué hablar y escribir profusamente en varias universidades y multitud de periódicos, en la calle, cafeterías y seminarios exclusivos. Nuestro héroe siguió sonriendo mudo durante un tiempo que al cabo se le antojó regalado, de más, con una felicidad clandestina que casi nadie sospechaba.

La boca
La boca decide, no importa edad o sexo, somos juzgados por aquello que decimos y hacemos con ella, y suelen ser definitivas la risa de dientes relucientes y maravillosas llamas dobles. El mundo se divide en dos: quienes tienen dentadura sana y los que no, sirvan de muestra musas y ménades adoradas y luego rechazadas. El tiempo corroe y desgarra todo: rebeliones, justicias, coitos, dictaduras, dioses, besos, amores. Ahora sólo una prótesis aliviará o martirizará un rosario con su particular duelo de ángeles, existencial crisis de identidad, celada de la piel, corazón al desnudo. Este habitáculo minúsculo también construye, descubre, cincela mundos de placer: un día del libro para una niña, una hermosura de música sacra o un enigma de profesora de piano. Renace el arte magistral, novedoso y único amanecer, acaso un verso cargado de años y maduro de espíritu: cada cual es su propia esperanza. Suerte y valor se aúnan, pero ella, sabedora de que sus límites son los de su lenguaje, con delicadeza la boca decide.

Rutina
—Soy una máquina de hacer el amor —apuntó ella un día.
—Lo imaginaba, no es necesario que detalles.
—Tendré toda la paciencia del mundo, porque te quiero.
—Estoy agradecido, te lameré, es cuanto puedo y quiero hacer hoy por ti.
—El amor es cosa de piel, y las nuestras son deliciosas una encima o debajo de otra.
—El sexo es lucha contra la muerte, y también es eso, como habrás descubierto.
—Sí, pero trasero con lubrificante, por favor. K-Y, a ser posible —solicitó la mujer.
—Sobra la palabra amor. En sexo la palabrería está demás.
—¿Entonces, adiós también a muecas y susurros lascivos o cariñosos?
— …
—Ven aquí, pequeño, ponte así.
—Te quiero encular, de la forma que sea.
—Sigue, sí, sí, así, oh, despacio, con la cabeza, oh, te amo —balbuceó ella.
—La vida es una chispa de comedia libertaria.
Ambos desearon más sexo y conversación.

Algunas cláusulas
I
Quien a los veinte años no se proclama anarquista es porque carece de una brizna de amor.

II
Esta época de dictadura del monetariado, materialismo histérico y dictadura asimismo del orgasmo se presenta sumamente propicia para el conocimiento del alma humana sin sorprenderse uno de nada.

III
El acto páthico se ha convertido en norma usual.

IV
Quien a los cincuenta años vive con pasión y reivindica lo libertario quiere estar en paz consigo mismo el resto de sus días.

V
El amor a las mujeres es una masculina servidumbre basada en su carácter hipócritamente exorable –el de hombres— y en la capacidad sin límites de admirar la belleza formal que las constituye.

VI
Se recomienda escuchar con respeto y admiración la música celestial de la libertad, vital para moverse en todo planeta existente o imaginado.

VII
Prohibido enojarse cuando alguien se aproveche de usted o lo intente engañar, convencer interesada o malvadamente, ya que en todo caso es usted un ser superior.

VIII
Casi todas las anteriores anotaciones son prescindibles.

Arte
—Yo también cometí un gran pecado: no fui feliz.
—Eso creo que lo dijo un argentino.
—Me encantan sus personajes crapulosos, me refiero a los de usted.
—La imaginación no se elige, la vida me mostró personas más o menos semejantes, ese francés del viaje al fin de la sombra al que con torpeza e ignorancia han buscado paralelismos conmigo, el otro nórdico al que admiré, la miseria global, me hacen gracia algunos igualitarismos gratuitos cuando se ignora la pobreza de más de las tres cuartas partes de la humanidad. ¿Qué me dice del verso vendrá la muerte y tendrá tus ojos? Lo pregunto por lo que expresan los suyos en este momento.
—Conozco eso desde hace tiempo, y se me quedó grabado en la testa el día, mes y año en que se despidió de este mundo su autor. Mi primer libro contiene un cuento con esa cita inicial pero trastocada, Verrà la vita e avrà i tuoi occhi, todo por una mujer a quien amé.
—Podía haber empezado por ahí, lo de la escritura. ¿A qué espera?
—A concluir este contacto, para saber bien por qué su silencio.
—Por puro afán de contradicción, y porque algunos han dicho que yo era el hombre más triste del mundo.
—Creo que el arte sirve para limpiarnos los ojos.
—Mejor para encender hogueras, para arder.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parecen unas brevedades excepcionales, sólo comparables con las del gran Monterroso. Aquí hay textos cortos que dicen más que una novela de trescientas páginas. Observo profundidad y manejo del oficio. Grata sorpresa en los tiempos que corren.¿Habra más creaciones de este autor?

Verónica dijo...

Estos textos fragmentarios son como la vida misma, "una chispa comedia libertaria". Me quedo con el titulado "Arte" porque refleja lo que realmente sucede en casi todas las disciplinas artísticas.

Anónimo dijo...

anónimo, ezequiel pérez plasencia acaba de publicar una novela, seguro que googleando un poco podrás encontrarla y adquirirla. creo que ahora es la mejor opción. si te gusta un autor.
un saludo
nicolás melini

Anónimo dijo...

La boca dolorida de tanta miseria masticada ... saboreada: la mala baba que nos hemos dejado meter hasta la garganta.
Alivio: limón, aliento, saliva, lengua, sal, sol; Leer, levantarse, lamer, libar, clamar, soliviantar, ulular y... una oliva (aceituna) echada a la boca.¡Ummm!

Ezequiel Perez dijo...

Callar nunca fue bueno, Max Aub dixit. Pues eso, adelante y gracias por todo

Anónimo dijo...

Ezequiel Pérez Plasencia hoy en el suplemento ABCD del diario ABC, crítica a su primera novela de José María Pozuelo Yvancos.

http://www.abc.es/abcd/noticia.asp?id=12319&num=913&sec=32

Saludos
Nicolás

Luara dijo...

Remito a los lectores de este escritor a los digitales www.canariassocial.com y El escobillon (blog cultural), para que se hagan una mejor idea de cómo se puede hacer buena literatura sin saber venderse a sí mismo. Me sorprende y entusiasma que quede gente así.